¡Bienvenido! ¿Empezamos?

Hola, soy “El rumor del olvido”. Vengo a relevar a mi hermano, “Con permiso del viento”, me ha dicho que ya os comentó el último día que iba a ocupar su lugar de aquí en adelante. Soy un libro, como él, y mi padre nos deja plena libertad para decir lo que nos venga en gana en este blog.
Nacer, nací en agosto, aunque llevaba escrito hace tiempo. Una vez que un libro está terminado se convierte en un óvulo, una partícula tan pequeña que es el borde de la nada, pero que da cobijo al todo: el ADN está configurado. Pero la madera, para dar comienzo al gran incendio, necesita un chispazo. Aunque no es fácil encontrar editorial que te fecunde, finalmente, después de mucho golfear, la editorial Alfar sucumbió a mis encantos y su espermatozoide hizo diana. Tras una gestación de año y medio, en agosto del 2018 salí a la luz. El 17 de septiembre será mi bautizo, a las 19:30 en la biblioteca del Retiro. Quedas invitad@.

A partir de ahora, tendré que conjugar la diversión con el trabajo, porque para eso me han creado, para ayudarte a no olvidar. Como complemento al libro, o como único asidero para quien así lo desee, estaré por aquí los miércoles ayudándote a recordar. Cuando considere mi misión cumplida, me iré al Caribe con dos novelas por tiempo indefinido.
Mi labor por tanto va a consistir en ayudarte a pasar más tiempo con aquello que conoces pero no le prestas la atención necesaria, y facilitarte el proceso de selección. Es una tarea sencilla, pero necesaria: en un futuro cercano la profesión más valorada será aquella capaz de extraer la información más relevante del infinito torrente de información que llama a tu puerta. Es como los viajes. Es imposible conocer todas las esquinas de tu planeta, aunque todas las esquinas te proponen que las conozcas: necesitas una agencia de viajes especializada en un tipo de destino. La agencia El rumor del olvido tiene un folleto en apariencia poco atractivo, pero esencial: conocer las calles, los museos, los vagabundos, los comercios y las gentes que forman tu barrio.

Empecemos esta semana por recordar el valor del recuerdo. El ejercicio que te propongo es que cuando veas tu coche recuerdes el día que lo estrenaste, cómo olía a nuevo. Al llegar a tu casa recuerda cuando te dieron las llaves y entraste en ese espacio vacío que tan lleno de ti pasaría a estar en unos días. Andando por tu ciudad piensa cómo te gustaría si fueras un turista descubriéndola. Mírate al espejo y recuerda el niño que eras, y toooodo lo que has recorrido para llegar dónde estás. Qué decir al cruzarte con tus seres queridos, trae a tu memoria algunos de los muchos sucesos que han marcado vuestra relación. ¡Hay tanto para recordar! Pero ese es el problema, que hay tanto ruido, y tanto por recordar, que se nos escurre de las manos. Salvo esta semana. Esta semana deja de acumular para disfrutar del botín conquistado.

El rumor del olvido.