Ciudadanos felices = capitalismo triste

Esto de tener un buen día fácil no es, para que vamos a engañarnos. Si lo fuera sería como las piruletas; cualquiera puede hacerse con una; pero tampoco es tan difícil, sino sería la Nasa quién andaría tras la fórmula del buen día y no unos tipos como tú y yo. Sería un reto para ellos, como llegar a la Luna en la Guerra Fría. ¿Porqué ninguna gran potencia dedica parte de su gigantesco presupuesto a dar con la receta de la felicidad, del buen día? Sencillo, no interesa.

Los americanos, chinos, indios, alemanes, brasileños o incluso los más modestos españoles saben que tener un buen día está al alcance de cualquiera. Si está al alcance de cualquiera quiere decir que no necesitas exportaciones de terceros, ¿y qué clase de negocio puedes hacer con una empresa en la que puedes prescindir de los servicios de esa empresa?
De manera que ninguna gran potencia se ha puesto a estudiar en profundidad esto de cómo tener un buen día porque no es un negocio rentable al lado del petróleo, los parquímetros y los Bancos. Podrían poner a sus científicos a trabajar y venderte la fórmula, pero no son las fórmulas las que enriquecen, si no su mantenimiento. Ellos no ganan dinero con los coches, sino con lo que consumen los coches. Ni con los móviles, sino con lo que gastas cada mes con ellos. No se enriquecen vendiéndote un ordenador o un equipo de música, sino de la dependencia que vas desarrollando de la tecnología, de lo nuevo. ¿Cómo iban a venderte un árbol que no necesita para crecer más que del afecto que tú le des? ¿Conoces a alguien que se haya hecho millonario vendiendo árboles en Escocia? Los políticos y empresarios tienen una opinión muy clara sobre este asunto: o te venden bombillas que necesitan alimentarse de electricidad que acabará quintuplicando el coste de la bombilla, o te venden una bombilla de bajo consumo por el precio equivalente a diez años de gasto eléctrico. No esperes que con la felicidad vaya a ser distinto. O te venderán una felicidad que sólo pueda subsistir consumiendo un combustible que sólo ellos fabrican, tienes un catálogo muy extenso en la publicidad ( coches, viajes, móviles, etc),, o te venderán la fórmula al precio equivalente a depender de ellos ochenta o cien años. Si la prioridad de un país fuese la felicidad de sus ciudadanos, ya habrían publicado la fórmula en el BOE o la habrían hecho correr gratuitamente por internet. ¿O es que pueden llegar a la Luna, dar caza a Bin Laden, saber si va a chispear en Teruel dentro de diez días, y no van a poder ayudar a su pueblo a saborear algo tan natural como es su existencia? Estos señores son hombres de negocios, no ángeles de la guarda, y no han venido a este mundo a hacer tu trabajo. No hay nada que reprocharles, ¿Acaso los peluqueros te regalan un DVD para aprender a cortarte tú mismo el pelo? Además quizás ellos no te den la fórmula de la felicidad, pero no ponen ninguna traba a que cada uno la busque dónde en buena gana le lleve su parecer. Usa esa libertad en buscarla, no en quejarte de que Papá Estado no te envuelva la fórmula con un lazo rojo y te la envié a la puerta de tu casa.

A nivel empresarial interesan más los infelices, porque estos consumirán todo tipo de cosas que les vendan con tal de encontrar la forma de estar bien.

Si se publicase la fórmula de la felicidad en el BOE el capitalismo se entristecería.
Las personas felices necesitan una cuarta parte de lo que les hacen creer que necesitan, y con un público tan austero no hay dios que haga negocios.

 

Con permiso del viento.