Al hilo de una entrevista que me han hecho sobre el libro que da nombre a este blog (http://almaenlaspalabras.blogspot.com/2019/02/entrevista-capotiana-rafael-romero-rico.html), he estado pensando sobre algo que me han preguntado varias veces: ¿Cómo te dio por escribir tu primer libro?
La respuesta es sencilla. Tenía la idea sobre lo que quería escribir, y sabía que deseaba escribir. Si me hubiera parado un momento a pensar para qué, sí merecía la pena dedicarle tanto tiempo, si sería un buen libro o estaba sobrevalorando mis capacidades, no habría escrito ni dos hojas.
Ciertamente me hice esas preguntas, y cómo vi que no iba a ser capaz de encontrar una respuesta satisfactoria a ninguna de ellas, decidí cerrar los ojos y avanzar sin importarme dónde acabaría, ¡Quién en su sano juicio escribiría sino un libro! Había que olvidarse de todo y escribir. Un día, y otro, y otro. Sin preguntas, sólo escribir. Y sin darte cuenta un día has redactado la última línea del libro. Desde ese día he publicado cinco libros, y los que están por venir. No habría llegado al renglón que escribí ayer si no hubiese escrito esa primera línea hace diez años.
A veces mi sensatez se impone a mi vanidad y acepto que escribir es un fin en sí mismo y como tal, tiene sentido propio al margen de cualquier otra valoración; pero sigo sin poderme parar a pensar si no quiero que el para qué, me atrape e inmovilice.

Tómate un tiempo para decidir si lo que deseas hacer es dañino para ti o para otros y si no lo es, calla esa cotorra que tienes por cabeza llena de dudas, preguntas e inseguridades, y actúa. Córtate el pelo cómo te gusta, matricúlate en ese curso, deja a tu pareja o corteja a aquella que parece tan inaccesible, rompe los cigarros de tu cajetilla, reserva ese viaje. Si quieres hacer algo, hazlo. ¿Para qué? ¡Y qué demonios importa! Hazlo, muévete, comprométete y deja a un lado todo lo demás. Son tantas las cosas que podrían ir mal que sólo de enumerarlas te abrumarías. Sólo hazlo.

Usa ese viejo mensaje ochentero de una marca deportiva: Just do it.
Cuánto terreno tendrás ganado si le haces caso. Sencillamente hazlo. No pienses, no te hagas preguntas ni busques respuestas, no te adelantes al futuro ni busques un sentido. ¿Quieres hacerlo? Entonces, sólo hazlo. Todo lo demás, sobra.

El rumor del olvido.