Nada des por hecho

Todos sabemos la importancia de no dar nada por hecho, que nadie nos asegura que mañana disfrutaremos de los privilegios de hoy, pero la realidad es que lo más probable es que mañana sea un día muy parecido al de hoy, y cuando hay muchos mañanas donde las cosas salen bien es fácil caer en la trampa de pensar que esos beneficios son eternos y no requieren de mayor atención por tu parte. Por esto la mejor forma de no dar nada por hecho es imaginarte tu vida sin esas cosas. Sí, quiero que te “metas el dedo en el ojo” durante cinco minutos y quites del mapa a tu seres queridos, tus sentidos, tus comodidades y cualquier otra cosa, experiencia o persona que te haga feliz. No aprietes mucho, no deseo que te lastimes, pero ejerce la presión necesaria hasta que tomes conciencia, y a la conciencia de la que te hablo no se llega desde la razón, sino desde la emoción, que es un auténtico milagro tener pies, poder oír y ver, tocar y sudar, soñar y correr. Aprieta hasta que sientas cuánto quieres todas esas cosas, y luego deja de meterte el dedo y disponte a saborear todo lo que forma tu vida. No hay tiempo para quejarse, no hay tiempo para enfadarse con las reglas del juego. Es tiempo de disfrutar y para lograrlo, nada mejor que pasados esos cinco minutos te saques el dedo del ojo y descubras que al día aún le quedan mil cuatrocientos treinta y cinco minutos. Exprímelos.

Ahora somos todos muy listos, pero se nos olvida lo que antes sabían hasta los más tontos.

Con permiso del viento.