¡Cuidemos de nuestros médicos!

No deja de ser paradógico que acabe de escribir un texto hace dos horas pidiendo moderación y, ahora escriba otro lleno de rabia. Estoy siendo moderado, porque lo que mi cerebro reptiliano me pide, es coger a los políticos de las orejas y levantarles los pies del suelo. En lugar de eso, escribo palabras. Creo estar siendo bastante moderado con mi flema incendiaria.

Tengo y he tenido bastantes pacientes médicos en mis veinte años como terapeuta, muchos de ellos trabajan en urgencias. No puedo negar que me encantan los médicos. Sí, algunos pueden ser unos pedorros, y narcisistas, y estar enganchados al trabajo y, con todo, me siguen encantando. ¿Por qué? Por su enorme vocación. ¿Y qué hacen los gobiernos con su vocación? No, no se lo agradecen con mejores sueldos y horarios, se aprovechan de ellos exprimiéndolos. Para mí, los médicos, pueden cobrar lo que les venga en gana. Es la única profesión que me importa. Me paso por el sobaco los Smartphone con 17G, volar a Nueva York (me chifla viajar), los coches con asientos calefactables, Neflix y la Thermomix. ¿De qué me sirve todo eso si estoy muerto?
La mayoría están muy equivocados. Los médicos no tienen grandes sueldos. Muy normales de hecho. Una miseria para la responsabilidad de lo que hacen. Otra cosa es que sean cirujanos o tengan consultas privadas, pero el médico de a pie, ese que nos atiende a todos cuando vamos a un hospital, cobra una puta mierda para el oro que a mi entender se merecen.
Tenía pensado escribir sobre este asunto un día de estos, pero lo que está pasando con el coronavirus me ha roto las entrañas. Les tienen a ellos, los médicos, nuestros salvadores, los padres sanitarios que todos necesitamos, sin las medidas de protección mínimas necesarias. Esto es absolutamente intolerable. ¡Burócratas, dedicad todos los putos fondos a ayudarles y protegerles! ¡Porque se lo merecen, porque están dando literalmente su salud por nosotros, porque si ellos caen, idiotas de políticos e imbéciles sentados en despachos, caemos todos!
Quítame internet, quítame las autopistas de peaje, quítame la calefacción, quítame los autobuses super nuevos, quítame las aceras anchas, quítame una parte de mi sueldo si quieres, pero dadles a esos profesionales las condiciones mínimas para cuidarse y que nos puedan cuidar.

De qué sirve que nos quedemos en casa, que no trabajemos, que nuestros hijos no vean a sus abuelos, que no podamos abrazar a nuestros amigos, si uno de los eslabones más importantes de la cadena, se rompe. Gracias a como estáis tratando a los médicos, hoy me siento un auténtico gilipollas llevando a cabo todas las medidas de protección, porque voy a llegar a un hospital y, el médico no va a poder atenderme porque está enfermo, ya que no se ha invertido el dinero en dónde hay que invertirse. Pedazo de capullos, ¡metéis miles de millones de euros en salvar a los Bancos y no os gastáis treinta euros en una mascarilla para un médico de urgencias? Este es un dato real. Sé de una médica que su hermana le ha comprado una mascarilla en Amazon por 30 euros, porque su hospital les hace compartir el escaso material de protección.

Hoy, me siento profundamente triste, de que esas personas, héroes y heroínas, sí, por qué no decirlo, no estén recibiendo el apoyo y cariño que se merecen. Me siento en la obligación de levantar la voz por los médicos, en primer lugar por ellos y, inevitablemente, por nosotros; pues estamos unidos a sus destinos. Ojalá te unas a mí y hagamos el eco ensordecedor.

Gobernantes, dejad de aprovecharos de su alma vocacional y tratarles como se merecen.
Ya que soy un torpe con las tecnologías, animo a alguien que lea esto, a hacer un fondo de esos que circulan por internet, dónde poder hacer aportaciones económicas dirigidas a comprar material protector para los médicos, enfermeros, celadores y, todo aquel que trabaja en un hospital.
Ya, estarás pensando, que son los gobernantes los que deberían hacerlo, que para eso les damos nuestro dinero. Tienes toda la razón, pero, no podemos quedarnos esperando a que esta gente reaccione. Salvemos la situación nosotros, tomemos el control, ayudemos a los médicos y, cuando salgamos de esta, y saldremos, ya cogeremos de las pelotas y los ovarios a los políticos.

De las crisis puede salir lo mejor de la condición humana. ¡Demostrémoslo ayudando a todos los que trabajan en los hospitales!

Reverso.