Duración

La duración de las terapias es muy variable y depende de factores cómo la problemática, implicación del paciente y suerte. No es lo miso trabajar un trastorno de la personalidad que una fobia simple a los perros, y no es lo mismo que durante la terapia a una mujer depresiva la violen a que encuentre a un hombre maravilloso que la haga muy feliz. Tampoco es lo mismo si el paciente considera que por pagar ya está haciendo lo que tiene que hacer que aquel otro que lee, pregunta, investiga, hace las tareas, etc.

Las competencias del terapeuta también pueden influir en la duración, pero esa no debería ser tu preocupación, sino responsabilidad de tu terapeuta el decidir si algún aspecto suyo está ralentizando, o acelerando más de la cuenta, la terapia.

Comprendo que quieras tener una referencia, y por eso, puedo orientarte en que la duración suele estar entre los seis meses y un año y medio. Puede haber terapias de dos meses para asuntos muy puntuales, pero yo no hablaría en esos casos de terapia, sino de un asesoramiento en solución de problemas. Para mí la terapia es un proceso, con muchas fases, y en dos meses no da lugar a más cambio que enunciar y aconsejar una serie de pautas. En un asesoramiento se le dice al paciente lo que ha de hacer y por así decirlo, se le deja a su suerte; en una terapia se ayuda al paciente a saber porqué le cuesta hacer lo que quiere hacer, además de darle recursos para hacerlo.

Lo mejor es que hables con tu terapeuta sobre lo que quieres obtener de tus sesiones, y ver si podéis llegar a un acuerdo entre tus objetivos y los tiempos orientativos que él te da para conseguirlos.

El miedo más habitual de los pacientes es engancharse a terapias que nunca acaban, lógico, pero ten cuidado con aquellos terapeutas que dan por finalizada las terapias prematuramente en cuánto se alcanzan algunos resultados: esta es una buena forma de obtener éxitos rápidos que alimenten su ego. Maquillar a una persona para que esté guapa durante un rato es fácil y rápido, enseñarla a maquillarse ella sola lleva su tiempo. Hay terapeutas dependientes y peseteros que nunca “sueltan” a sus pacientes, pero también los hay cobardes y temerosos que en cuánto el paciente está bien un par de semanas les dan el alta, y si las cosas luego van mal dicen: “yo te deje maquillado, ¡tú sabrás que has hecho para estropearte!”

Salvo que quieras un asesoramiento puntual, desconfía de las terapias demasiado cortas. Si llevas veinte años comiendo con la mano derecha no te harán falta otros veinte años para aprender a hacerlo con la izquierda, pero desde luego no conseguirás cambios estables y duraderos con terapias de dos meses.