A continuación te voy a mostrar una noticia reciente y has de pensar si hay algo que te llame la atención. No sigas leyendo hasta que le hayas dedicado unos momentos. Vamos allá:
“Un mercante ruso hundió este lunes un pesquero en el puerto de Barcelona con cuatro tripulantes a bordo. Un marinero senegalés y el segundo mecánico siguen desaparecidos, mientras que el patrón y su hijo fueron rescatados…”.
Qué, ¿ya has caído? ¿Todavía no? Piénsalo un poco más antes de seguir leyendo.
Por si aún no te has percatado te pondré otro ejemplo:
“Nuevo caso de violencia de género. Un hombre, de nacionalidad peruana, asesta a su mujer siete puñaladas mortales y después de lanza desde un séptimo piso…”.

¿Ya te has dado cuenta del racismo encubierto? Para la policía y los sociólogos conocer la nacionalidad de estas personas puede tener alguna relevancia, ¿pero para la opinión pública? Qué pasa, ¿que si los muertos en el barco de Barcelona no son españoles duele menos? ¿Los españoles somos iphone y los extranjeros Nokia obsoletos? Aportar ese dato en el telediario es absolutamente irrelevante, no estamos en un supermercado donde tienen que avisarnos qué productos son de marca blanca. Si hay un accidente de coche en Soria no nos dicen si uno de los ocupantes era de Teruel. ¿Porque establecer esa diferencia?

Supongo que alguien me dirá que si hay categorías de coches, de teléfonos y de casas, porqué no iba a haberlas de personas.
Quizás tengan razón. Qué voy a saber yo, si sólo soy un libro.