Medicación

No soy contrario a la medicación, ni partidario de que otros hagan nuestro trabajo. Pero al igual que si llevado un tiempo intentando solucionar tus problemas sin conseguir avances me parece razonable que consultes a un psicólogo, cuando estás haciendo una terapia y tu estado emocional te impide sacarle provecho, o hay sufrimiento, la medicación me parece una buena opción.Lo que no estoy de acuerdo es con medicarse sin haber ni siquiera intentado una terapia. La medicación silencia los síntomas, achica agua, pero no cierra el grifo. Tomar medicación, por sí sola, en la mayoría de los casos no hace sino condenarte a seguir medicándote: no soluciona la base del problema pero alivia los síntomas, y después de hacerte la vida más llevadera con lo mal que lo estabas pasando, da bastante pereza plantearse la vida sin medicación. No hay nada que pueda competir en eficacia/tiempo con las pastillas, y es precisamente por esto que son tan adictivas. No tendría mayor trascendencia engancharse a una cosa más con todas las cosas a las que ya estamos enganchados, si no fuese por sus molestos efectos secundarios, y porque si algo no ayuda a solucionar el problema pero te hace vivir como si éste no existiera, es una forma muy dulce e inconsciente de empeorar el problema.

No hay necesidad de sufrir. Una cosa es esforzarse, aguantar el tipo, y otra muy distinta sufrir. En los casos en que la medicación es conveniente, mi lema es el siguiente: hay que tomar la medicación mínima necesaria. Ni más, ni menos. Aquella que convierta la pesadilla en un mal sueño, que transforme lo insoportable en difícil. Si tomas tanta medicación que no sólo convierta lo insoportable en difícil sino lo difícil en fácil, no habrá resistencia y por tanto no existirá aprendizaje ni crecimiento. La medicación ha de dejar espacio para que movilices tus recursos, ha de ayudarte a avanzar aliviando la carga, pero no del todo. Esta resistencia razonable hará que poco a poco te vayas poniendo más fuerte y consigas que lo que hace tres meses era difícil, ahora sea fácil. Este es el momento de volver a bajar la dosis para que vuelva a ser un poco difícil, y tengas la oportunidad de seguir poniéndote fuerte. Y así hasta que un día las dificultades de tu vida te parecerán manejables, dispondrás de recursos internos para reducir el malestar, y sabrás convivir con él mientras lo logras. Y lograrás todo esto sin medicación.

Es cierto, que algunas personas tienen problemas muy complejos de muy difícil solución. En esos casos mantengo el argumento anterior: hay que tomar la medicación justa, ni más, ni menos. La medicación no tiene que quitar el barro que hay dentro de tu casa, tiene que quitar el barro de la puerta para que puedas entrar a limpiar el resto. Y en algunos casos como en la esquizofrenia, la puerta de entrada siempre tiene barro.