Bienvenido

Hola, espero que en este espacio encuentren respuesta tus dudas sobre lo que es una terapia psicológica, en qué puedes beneficiarte, cuáles son los obstáculos más habituales y cómo no, información para decidir si soy la persona adecuada para ayudarte.

Llevo desde el 2001 trabajando como profesor y terapeuta, ejercicio que he realizado tanto en mi consulta como en dos de los mejores Centros de psicología de Madrid. Este tiempo dedicado a la psicología me ha servido para conocer mis virtudes, y mis limitaciones; lo cual me permite ser honesto contigo sobre en qué puedo ayudarte, y en qué no.

De todas las cosas que se podrían decir, quedarse con una sola para encabezar esta web no parecía sencillo; pero en verdad lo tuve claro al instante. Después de tantas y tantas horas de trabajo, de haber compartido la vida de tantas personas, después, a fin de cuentas, de haber dedicado una gran parte de mi vida a los humanos y saber cómo pueden disfrutar más de su tiempo, puedo decirte que el mayor legado que me ha dejado esta profesión es que siempre, siempre, se puede cambiar. Las circunstancias pueden tener un poder enorme, y el que diga que cambiar es fácil no tiene ni idea de lo que habla. Puede ser fácil claro, cuando las circunstancias sean favorables; pero cuando a éstas le dan por dirigirte hacia las sombras, encontrar algo de luz requerirá de todo el coraje, disciplina y determinación de la que un ser humano sea capaz.

Mi forma de trabajar para ayudarte a conseguirlo parte de dos ideas centrales: lo más importante es que entiendas por qué haces lo que haces, sientes como sientes y piensas como piensas. Conocerte, encontrar un modelo explicativo a tus comportamientos, te permitirá sustituir la dañina y vieja cantinela de la debilidad y la estupidez por una explicación más cierta y útil para cambiar. La maldad o la falta de voluntad no sólo son una forma equivocada de entender tu actitud ante los problemas, sino que además te aleja de la solución.

Una vez que te aceptes tal cuál eres, no nos quedaremos ahí. Ojalá te respetes y aprecies aún metiéndote el dedo en el ojo, pero no todo en la vida es amarse, también hay que hacerse el tránsito lo más placentero posible. Por tanto no quiero que cambies tus viejos y perjudiciales hábitos para quererte más, quiero que los cambies porque se vive mejor sin meterse el dedo en el ojo.

Esto es lo que te ofrezco: ayudarte a conocerte, conocimiento que te permitirá aceptarte, aceptación de la que debe nacer todo proceso de cambio. Entiendo las dificultades que tienes para cambiar, pero no justificaremos tu estancamiento en ellas. No trabajas sobre tu persona para llegar a ser nada, ya eres todo lo que tienes que ser, sino porque siempre es bueno tener proyectos que nos mantengan entretenidos, despiertos e ilusionados. No cambias para mejorarte, cambias para mejorar las condiciones de tu vida.

Y ya sabes que cambiar siempre, siempre, es posible.