21 pautas para decidir

Veamos a modo de esquema algunas ideas que pueden ayudarnos a tomar decisiones:

1. Decidir bien está sobrevalorado. Las personas dedican demasiado tiempo a tomar la decisión, cuando ésta es la parte más fácil del proceso: el verdadero compromiso es llevar a la práctica esa decisión durante el tiempo que abarque la decisión. Decidir estudiar una carrera lleva mucho menos compromiso que las miles de hora de trabajo que conllevará sacarse ésta.

2. Si tanto te importa decidir bien, dedicarle demasiado tiempo y malestar a una decisión ya parece una mala decisión de antemano.

3. Aunque no cabe duda que hay decisiones mejores que otras, lo verdaderamente importante es lo que se decide hacer con las innumerables subdecisiones que se derivarán de esa decisión. Las decisiones se llevan los flases y la fama, pero son las subdecisiones las verdaderas protagonistas.

4. Probablemente las personas felices no son las que deciden bien, sino las que deciden hacer buena cualquier situación. Del mismo modo parece que algunas personas siempre andan insatisfechas, no porque decidan mal, sino porque hacen mala cualquier decisión.

5. Apréndete la siguiente regla: si te cuesta decidir, es porque las consecuencias de tus opciones son parecidas, sino no te costaría. Puedes dudar si prefieres que te regale un viaje a la playa o la montaña, pero no creo que dudes mucho si te doy a elegir un viaje o una patada en el estómago. Es curioso que las decisiones que nos bloquean sean las que más se parezcan, cuando siendo así da un poco igual derecha que izquierda, ambas direcciones deben gustarnos o disgustarnos de forma muy parecida para oscilar obsesivamente a un lado y al otro.

6. Inevitablemente, tendrás que perder algo para ganar otro tanto. Rebélate cuánto consideres, pero esto es así. Y si no mira todo el tiempo que llevas intentado hacer trampas a esta regla y sigues en el mismo punto.

7. Haz un enfoque positivo de la decisión: no te centres en lo que vas a perder, sino en lo que ganarás.

8. Las decisiones hablan del futuro, y por definición tienen una carga de incertidumbre irresoluble. Reduce las zonas oscuras, pero no pretendas eliminarlas todas o nunca decidirás.

9. Usa la razón para ver ventajas e inconvenientes a corto y largo plazo, y luego déjate llevar por la intuición.

10. Nadie decide con absoluta nitidez, sabiendo que va a acertar; si fuera así no podríamos decir que esté decidiendo. Responder que dos más dos son cuatro no es una decisión, es un conocimiento que se posee o del que se carece.

11. Una vez reconocido que no existe la opción perfecta y la renuncia es un rasgo inherente a la toma de decisiones, es fácil caer en la idealización de la opción descartada cuando tenemos que abordar los aspectos menos amables de la opción escogida. Obviamente lo mismo haríamos si hubiésemos elegido lo contrario. Si no te gusta masticar arena con vinagre, interrumpe este movimiento de tu cerebro dirigiéndote hacia lo que te falta en lugar de a aquello que posees.

12. Más allá de hacerlo un par de veces, deja de preguntar a propios y extraños. Sólo ganas tiempo y das esquinazo a tu responsabilidad. Hazte cargo de tu vida.

13. Ya sabes que no decidir es una decisión, y como todas tiene sus consecuencias. No digas luego que no lo sabías.

14. ¿Te costaría lo mismo decidir si estuvieses solo en una isla? Seguramente no, porque otro de los lastres de las decisiones es que no queremos ser criticados por ellas. Hasta cierto punto a todos nos gusta agradar, mantén a raya esta tendencia tan humana para que no entorpezca en exceso tu toma de decisiones. Si te sirve de consuelo, no existe decisión en este planeta que no vaya a contar con un considerable número de seguidores y detractores.

15. Espero todo esto te haya sido de ayuda, pero llegado el momento, como sucede cuando te pones al borde de la piscina, o saltas, o no saltas. Y saltar no es un acto de reflexión, sino de acción. La razón será quién te acerque al borde de tus piscinas, deja que sea luego la emoción quién te haga saltar o te devuelva a casa.

16. Una búsqueda excesiva de pros y contras no deja de mostrarte tu perfeccionismo y tu cobardía. Hace mucho que has hecho ese análisis y sigues bloqueado, tu problema no se debe a una falta de información, sino al miedo que tienes a equivocarte. Y volvemos al principio, uno no decide vivir bien con diez años y vive bien los próximos ochenta años; uno vive bien cuando se cuida de decidir bien las decenas de veces que tiene que decidir cada día de su vida. Dedicas demasiado tiempo a las grandes decisiones, cuando son la suma de las pequeñas las que determinarán tu bienestar.

17. Al acabar este listado tendrás la amarga sensación de no haber visto nada nuevo en el horizonte. Normal, estas ideas pueden serte de más o menos ayuda, pero en última instancia, o te haces cargo de tu vida o nadie lo hará por ti. Eres un experto ganando tiempo, buscando excusas, camuflando tus miedos. Llegados a este punto o das un paso al frente, o no lo das. No hay más. Por cierto, decirme que soy un cretino por ver tan fácil lo que tan difícil te resulta es dar un paso atrás. No hay mayor problema en que creas que soy un payaso, siempre que comprendas que estoy puesto por ti para justificar tu circo.

18. Queremos decidir bien para que los gigantes no nos aplasten, pero como los gigantes no existen éstos solo pueden aplastarnos en nuestra imaginación. Cuánto más tardes en decidir más imponentes serán tus gigantes, no porque éstos puedan crecer o menguar, sino porque la indecisión empequeñece. Decide y pondrás a esos gigantes a tu misma altura.

19. Te subestimas. Eres una persona de acción, y llegado el momento, de una forma o de otra, encararás cualquier situación por difícil que sea. Lo has hecho en el pasado y lo volverás a hacer, no tengas duda. ¿Sabes lo que tienen en común las personas que han superado violaciones, divorcios, muertes de hijos, despidos o enfermedades graves? Que la mayoría de ellas antes de que les sucediese esos infortunios estaban convencidas que no podrían seguir con sus vidas. Y el tiempo demostró que siguieron. Vamos qué si siguieron.

20. ¿Has comprendido ya que las decisiones no se toman porque poseas certezas, sino porque aceptas incertidumbres?

21. ¿Te parece que antes de que acabe el día cierres alguna decisión que lleve demasiado tiempo abierta? Sería una maravillosa manera de convertir mis bonitas pero vacías palabras en sosos pero útiles actos.

NOTA DE PRENSA: para aquellos que me seguís semanalmente, comunicaros que he decidido publicar miércoles alternos para no saturar de información. Un abrazo y muchas gracias por vuestra compañía.

Con permiso del viento.