16-04-2020
—¡Puto asco!
—Buenos días.
—¿De verdad?
—No lo parecen para ti.
—Qué avispado Mateo.
—¿Vas a decirme que te pasa?
—He discutido con mi hermano.
—¿Por?
—¿Importa?
—Ciertamente más importa cómo vas a arreglarlo.
—¿A ti te cuesta pedir perdón?
—Como sacarme un hierro ardiendo por la garganta.
—¿Por qué?
—Lo que te pueda decir aquí y ahora no tiene ningún valor. Manejo las palabras que han de llevarme a disculparme, en el momento de la verdad, me quedo mudo. Creen que es por orgullo, pero es por simple incapacidad.
—He hecho llorar a mi hermano. Mucho. Me he ensañado. Como una zorra abusona. Algo dentro de mí quería destruirle. Le veía llorar y seguía machacándole. Me he dado un poco de miedo.
—Aunque no lo sepas, esta situación de confinamiento te está generando mucho estrés y rabia.
—Hago todo lo que puedo por no pensar. Me da miedo estar metiendo tanta mierda debajo de la alfombra, que un día va a sacar los brazos y me va a coger del cuello.
—Lo estás haciendo muy bien.
—Gracias.
—No como el gobierno.
—¿Por qué lo dices?
—¿Sabes que somos el país del mundo que más muertos tiene por cien mil habitantes debido al coronavirus?
—No lo sabía.
—El peor país del mundo. ¡Del mundo! Busca en ese cacharro cuantos países hay en el mundo. Pues el peor de todos. ¡Increíble!
—Somos de los países con más población mayor y en las residencias.
—También Italia, y les superamos por mucho. Lo que somos es el país con los idiotas más grandes en el gobierno. Tenemos unos de los sistemas sanitarios mejores del mundo, las medidas de confinamiento más restrictivas, y estamos cayendo como churros.
—Dicen que el virus tiene su propia forma de afectar en función de las características de cada país. Aquí las familias están muy unidas, hay mucho contacto social.
—Tonterías. La explicación es muy sencilla. Incompetencia. Estaban mandándonos mensajes desde Italia avisándonos que los médicos estaban desbordados, que dejaban a las personas morirse sin poder atenderlas, y nosotros teníamos los aeropuertos abiertos para recibir con los brazos abiertos a los italianos unos días antes de la cuarentena. Y luego la manifestación del 8-M.
—No estarás en serio.
—Todo de lo que soy capaz.
—No puedo creerme que pienses que estamos dónde estamos por esa manifestación.
—Ya lo has dicho tú.
—El gobierno ha reconocido que se han cometido errores, pero esta crisis no tiene precedentes.
—No los tiene para ningún país, y ninguno está como nosotros.
—Igual si el anterior gobierno no hubiese hecho recortes en sanidad ahora tendríamos más médicos y materiales.
—La OMS avisó hace seis meses de una pandemia respiratoria inminente a Europa, y España no hizo ni caso. ¿No has visto ese vídeo dónde sale los test que se han realizado? Desde hace un mes y medio hay países haciendo test. En la gráfica, a fecha de hoy, no sale España. Este gobierno nos está matando.
—Si el anterior gobierno no hubiera robado hasta las pestañas de los españoles, habría más fondos para materiales. Ellos, de alguna manera, con su sangría llevaron a muchas familias al límite.
—Si estuviera gobernando la derecha y muriesen quinientas personas al día, ya habrías quemado el Congreso de los Diputados.
—Si estuviera gobernando la derecha estarías todos con Rajoy dando paseítos en vuestros chalets.
—A qué chalets te refieres, ¿al del George Clooney de Unidas podemos? Unidas, podemos hacer lo que nos salga del coño.
—De eso va, lo sabía. Te jode que las mujeres tengan voz en la política.
—Qué demonios tienen que ver las mujeres en esto. Me joden los incompetentes, me da igual el género.
—No me lo creo, ellas te dan más rabia. Os jode ver que estáis perdiendo el poder sobre el pueblo y no poder hacer nada.
—¡Pero qué sabrás tú niña de política!
—Más que un viejo.
—No soy viejo, soy mayor. Viejas son las cosas.
—Ja, eso decís los viejos. Si dejo mi teléfono en esta mesa y vuelvo dentro de cincuenta años, el teléfono no está más viejo. Si te vas y vuelves dentro de cincuenta años, me encontrarás llena de arrugas con la carne colgando de mis brazos limpiando la mierda del suelo.
—Eres una desvergonzada.
—Y tú un facha.
—Todo el que no comulga con vosotros es un facha. Pero mira lo que te digo, prefiero ser facha que gilipollas.
—¿Y no es de gilipollas no arrimar el hombro con el gobierno con la que está cayendo?
—No se pueden apoyar medidas que ni la OMS recomiendan. Están permitiendo volver al trabajo antes de lo conveniente.
—No me lo puedo creer, ¿de verdad me estás diciendo que te parece mal que el gobierno cuide la economía del país? Los funcionarios tienen su sueldo asegurado, está tomando estas medidas para normalizar lo antes posible la situación y no estrangular más a la pequeña y mediana empresa. A los que suelen ser vuestros votantes.
—¿Tú te has visto como hablas? Qué sabrás tu de la vida con lo poco que la has vivido.
—Tú eres tan viejo y terco que da igual cuántos años pasen, sólo miras dónde te interesa. Si tuvieras mil años seguirías pensando igual, eres tan conservador que no dejas entrar nada nuevo.
—Buenos días.
—Buenos días doctor Pataky —saludó mal humorado Mateo.
—Ahora soy doctor Cicciolina.
—Eres un pesado con los nombres papá.
—Estáis hablando de política, ¿no? Pues que mejor nombre que ese.
—¿Qué es eso de Cicciolina?
—Llona staner, conocida por Cicciolina, y más comúnmente en España por Chicholina, fue una actriz porno que amplió su currículum vitae siendo diputada italiana en las listas del Partido Radical. Se hizo famosa por llevar una corona de flores en la cabeza y enseñar una teta.
—Tampoco es para tanto, las activistas del grupo Femen hacen cosas parecidas.
—Sí, pero ella lo hizo siendo política y, hace treinta años.
—Vale, vale. Qué quieres, papá.
—Después de escucharos un rato, he salido para haceros ver algo que se os está pasando por alto. Lleváis treinta y dos días hablando en esta terraza. Todo tipo de temas, algunos muy conflictivos en los que no os habéis puesto de acuerdo, y nunca os habíais tratado tan mal como hoy. Todo por la puta política.
—Si las cosas se están haciendo mal, habrá que hacer oposición. ¿Cuántos recintos tenemos que dejar que el gobierno convierta en tanatorios para poder empezar a quejarnos?
—¡Cómo puedes decir que el gobierno está matando a la gente! Se te va la hoya tronco.
—No me hables así, niña.
—Os lo dije a título individual sobre asuntos domésticos, como dejar a tu pareja o cambiar de trabajo, y lo mismo os digo con la política: no estáis preparados para abordar asuntos importantes —les recordó el doctor Cicciolina.
—Tengo una posición muy clara sobre política, no me afectará este virus.
—Más clara la tengo yo —salió al quite Clara.
—Solo un narcisista, o alguien que definitivamente haya perdido el juicio, puede creer que está en condiciones de pensar con claridad después de llevar un mes encerrado en casa. Hasta que no podáis pasear por un parque, abrazar a vuestros seres queridos, fumaros un pitillo en un banco, reír con unos amigos, no estaréis en condiciones, o en condiciones con garantías, de lanzar unas ideas que cinco meses después alcéis con la misma convicción. No, ni es el momento, ni es vuestro momento. ¿Qué os hace pensar que esta situación hará que aquellos que os parecían idiotas hace dos meses, os lo parezcan menos hoy? Esta cuarentena engorda los pesares y aligera las alegrías. Los idiotas parecen aún más idiotas, y los que no lo eran, ahora empiezan a parecértelo. Sólo un idiota no se daría cuenta de esto.
—Idiota lo serás tú—le dijo su hija largándose de malas maneras.
—Ya se lo ha dicho su hija —concluyó Mateo haciendo lo propio.
Doctor Cicciolina se alegró de haber dado a esos dos, un enemigo con el que hacer frente común y olvidarse de sus discrepancias.
APORTACIONES:
Te recuerdo que puedes enviar tus ideas, frases o cosas que quieres que sucedan en nuestro libro a: rafaelromerorico@yahoo.es
reverso.